Cambiando nuestros hábitos de consumo podemos contribuir a la protección y conservación del medio ambiente. La regla de las tres erres es una propuesta que contribuye a que se produzcan esos cambios en nuestros hábitos.
A través de esta regla se promueven tres pasos básicos que buscan disminuir el volumen de residuos que se generan.
La parte más importante su éxito se centra en pensar el impacto que tienen nuestros hábitos de consumo. ¿De qué manera el comportamiento que reproducimos a diario deja una huella negativa en el medio que nos rodea? ¿Qué consecuencias provocan nuestros hábitos de consumo? ¿Cómo podemos tener un comportamiento más respetuoso y responsable con el medio ambiente?
Tomando conciencia de lo que consumimos puede ser más fácil reducir, reutilizar y reciclar los productos. Así nuestro comportamiento será más respetuoso y sostenible.
Reducir la fabricación de productos depende fundamentalmente de controlar el propio consumo excesivo y desmedido de esos productos. Para fabricar un producto se utilizan materias primas vírgenes y recursos energéticos y naturales como el agua. Además para su transporte y distribución también se destinan recursos.
Dejar de consumir un producto que realmente no necesitamos no solo contribuye a mejorar la economía familiar. Hacerlo también significa que la anterior cadena de valor queda reducida. El ahorro de bienes materiales y recursos beneficia a todos en este caso.
Si reducimos el consumo de esos bienes materiales y atendemos a un grupo de consejos, nuestro comportamiento como consumidores será más responsable y contribuirá a la conservación del medio ambiente.
Algunos consejos sencillos:
Reutilizar no es más que alargar la vida útil de un producto. El objetivo es contrarrestar los efectos dañinos de un modelo de consumo establecido sobre la dinámica de usar y tirar.
Se trata entonces de encontrarle un nuevo uso a un objeto de manera que pueda reevaluarse su utilidad. Reutilizando constantemente un objeto garantizamos no deshacernos de él y aprovechamos al máximo sus propios componentes para cubrir nuevas necesidades.
Por supuesto que reutilizando un producto dejamos de necesitar nuevos productos. Controlar la fabricación de productos incide positivamente en la conservación de recursos naturales y bienes materiales.
La generación de residuos también puede prevenirse extendiendo el ciclo de vida útil de un producto. Muchos materiales que utilizamos a diario y desechamos sin ser conscientes pueden reutilizarse si se pone la creatividad a funcionar.
Algunos consejos:
Reciclar es una acción muy sencilla que muchas veces no recibe la atención necesaria. Se recicla un producto cuando ya no puede reutilizarse debido a que sus componentes han sufrido deterioro o pérdida de cualidades.
El éxito del reciclaje depende de nuestros hábitos. Es cierto que los sistemas de recogida, selección, tratamiento y valorización tienen gran responsabilidad en el proceso.
Sin embargo, los seres humanos somos los protagonistas de un proceso que busca darle el tratamiento correcto a cada producto desechado. El objetivo final es obtener nuevos productos o aprovechar los materiales que se usaron en su fabricación.
Impacto principal del reciclaje es la reducción del uso de nuevos materiales en la fabricación de productos.
En el proceso de reciclaje es fundamental que los consumidores realicen una correcta separación de los residuos y los depositen en los contenedores adecuados. Para esto el consumidor necesita información sobre las mejores maneras de reciclar.
Algunos consejos:
Al no comprar un producto eliminamos de forma automática los posibles residuos que puedan generarse durante su uso. Aunque nuestro primer instinto sea ir a comprar 10 botellas pequeñas de agua, siempre es más responsable comprar una o dos botellas grandes que almacenen el mismo volumen de agua.
Podemos obtener el mismo producto minimizando los residuos generados. Hoy sabemos que la gestión de residuos es una actividad que muchas veces necesita nuevas alternativas.
De una parte es imprescindible una colaboración más activa de los consumidores. Transformar los hábitos de consumo puede incidir en la reducción de la fabricación de productos.
Menos productos significan menos residuos generados. Una acumulación mínima de residuos ayudaría sin dudas a mejorar la eficiencia en la gestión de los mismos.
Si el objetivo es disminuir considerablemente el volumen de residuos, una alternativa a considerar es extender hábitos de consumo sostenible basados en las reglas de reducir, reutilizar y reciclar.
En Ambar estamos comprometidos con el medio ambiente y con una gestión eficiente de los residuos. Estamos especializados en la gestión integral de residuos peligrosos para empresas. Si quieres solicitar más información acerca de nuestros servicios, no dudes en contactarnos.