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Plástico en el mar: Más plásticos que peces en el mar

La contaminación que provoca el plástico en el mar y los océanos no parece disminuir. Como sabemos se trata de un problema cuyas dimensiones alcanzan cualquier zona de la superficie marina.

Más de las dos terceras partes del planeta están cubiertas de agua. Esto significa que debido a la contaminación por plástico los ecosistemas de cada una de esas zonas continúan en riesgo.

La producción anual de plástico supera los 300 millones de toneladas. Este volumen de producción satisface una demanda que crece de manera muy simple por el aumento progresivo de la población mundial.

De esos 300 millones de toneladas se estima que ocho millones de toneladas de plástico acaban en los mares y océanos.

¿A qué coste medioambiental se producen y se consumen productos plásticos?

Islas y mares de plástico

La fabricación de productos plásticos no se detiene. Producir y transportar una tonelada de productos plásticos cuesta menos que hacer lo mismo con otras alternativas.

El plástico es un material de alta resistencia a la corrosión y excelente durabilidad. Sus aplicaciones suelen ser atractivas visualmente. Lo que sucede es que más del 40% del plástico que se produce son productos desechables y plásticos de un solo uso.

Todos sabemos que los plásticos de un solo uso nos rodean, están por todas partes, incluida la superficie marina.

Los plásticos llegan al mar a través de los ríos y drenajes y en algunas ocasiones el viento también arrastra residuos plásticos al mar. Abandonar productos plásticos en las playas o en zonas cercanas a las costas trae por consecuencia que esos residuos acaben por accidente en el agua.

Así se van formando grandes zonas de plásticos acumulados en los mares que no paran de moverse. Y la realidad es que el 80% de la contaminación plástica marina proviene de fuentes terrestres.

Uno de los principales ejemplos que podemos tomar para ilustrar es la conocida isla de basura del Pacífico. Esta zona de acumulación de residuos plásticos cubre un área de 1,6 millones de kilómetros cuadrados. Esto es tres veces la superficie de nuestro país.

Se calcula que en la isla de basura del Pacífico se acumulan alrededor de 80 000 toneladas de plástico. Y se sabe que esta no es la única gran concentración de residuos plásticos en el mar. Investigaciones han demostrado que en la actualidad existen otras cuatro zonas que acumulan un gran volumen de residuos plásticos.

Riesgos para la vida marina

Nuestra alta dependencia del plástico ha traído como consecuencia la alta contaminación que afecta a los ecosistemas marinos. Y lo que muchas veces no se nota es que esta contaminación nos afecta a todos por igual.

El plástico no se degrada fácilmente y todo el tiempo que permanece en el agua se desintegra en pequeñas partículas que conocemos como microplásticos.

Por sus tamaños pequeños y su densidad estas partículas de plástico flotan o se hunden. Según esa densidad es que ocupan posiciones diferentes en la columna de agua y sus niveles de interacción con el medio varían.

Las corrientes oceánicas arrastran los microplásticos hasta regiones distantes. No existe un solo kilómetro de la superficie marina libre de microplásticos.

Miles de animales que habitan en los mares y océanos se ven afectados por la contaminación. El plástico provoca problemas de enredado, ingestión y estrangulamiento a muchísimas especies marinas.

Las redes de pescar abandonadas dejan atrapados a peces vulnerables. Las anillas de plástico que unen las latas de refresco y cerveza enredan y asfixian a varias especies. Las bolsas de plástico que ingieren tortugas y peces por confusión terminan por causarles afectaciones irreversibles.

A esto habría que sumarle que las especies marinas pueden ingerir microplásticos de forma indirecta. Lo hacen cuando ingieren otras especies de la cadena alimentaria que se hayan alimentado de estos materiales.

Contaminación permanente

Cada rincón del planeta está amenazado por la presencia del plástico. Desde los mares y océanos hasta nuestra mesa y el aire que respiramos diariamente. Se trata de una realidad más cercana de lo que creemos.

La contaminación por plástico tiene un primer eslabón en la gestión integral de los residuos. Si se realiza una gestión deficiente los resultados no serán beneficiosos para nadie.

En cambio, una gestión que facilite la valorización y reutilización de los residuos minimiza la contaminación que causan estos materiales en el medio ambiente. Es posible controlar la contaminación desde la tierra para que las aguas marinas no reciban las consecuencias negativas.

Si no encontramos soluciones rápidas y efectivas, en 10 años el agua de los mares y océanos tendrá una tonelada de plásticos por cada tres toneladas de peces. Y en 2050 habrá más plástico en los mares que peces.

Limpiar los océanos de toda la acumulación de materiales plásticos es extremadamente difícil. Las evidencias indican presencia de contaminación por plástico en la superficie y en el fondo marino, en las costas y en el hielo ártico.

Controlar la situación

Es necesario detener el vertido de residuos plásticos en el mar por diferentes vías.

Lograr éxito en esta tarea no solo depende de la voluntad y de las acciones conjuntas que emprendan gobiernos, organizaciones y fabricantes. Avanzar en esta tarea también depende de nosotros.

Es posible controlar el consumo diario de bolsas de plástico, botellas, vasos y cubiertos desechables. Esto depende de nosotros, principales responsables de que muchos de estos residuos acaben en los mares y océanos.

Los plásticos que se incorporan a la cadena alimenticia llegan al cuerpo humano por el consumo periódico de peces y mariscos. Las partículas de plástico que se mezclan con el polvo doméstico y el aire que respiramos las ingerimos indirectamente.

Esta contaminación se evita promoviendo un consumo responsable que elimine al máximo el uso de productos plásticos. Es posible reutilizar productos plásticos alargándoles el ciclo de vida. La economía circular muestra alternativas que pueden convertirse en los primeros pasos hacia hábitos de consumo diferentes.

No están claras qué consecuencias directas tendría para el ser humano la ingestión de plásticos. A pesar de ello es fundamental entender que es necesario controlar la contaminación que afecta a los mares y océanos.

Veámoslo o no, es una manera de preocuparnos por nuestra salud.

En Ambar estamos comprometidos con el medio ambiente y con una gestión eficiente de los residuos. Estamos especializados en la gestión integral de residuos peligrosos para empresas. Si quieres solicitar más información acerca de nuestros servicios, no dudes en contactarnos.